Como buscamos nuestros destinos?

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Probablemente la parte más complicada y a la vez más gratificante de nuestro trabajo es aquella que nos obliga a buscar lugares que luego ofrecemos en nuestros servicios

Queremos que ese destino se ajuste a los estándares y a la filosofía que desde Dreamhunter queremos dar, ello nos obliga inicialmente a emprender ese viaje bajo la mirada de viajero y no de turista.

Para ello contamos con la colaboración de verdaderos aventureros que recorren cada uno de los destinos que os ofrecemos, y  que luego serán los encargados de acompañaros en vuestra aventura.

Además de la fiebre del viaje, común a todos ellos, cada uno posee una peculiar característica que lo hace único en su trabajo. Está el fotógrafo aventurero, el viajero cicloturista, la experta en yoga…etc. Todos ellos diseñan y confeccionan el viaje desde el punto de vista del viajero independiente, y que es lo que queremos transmitiros a todos los que nos elijáis para vuestra aventura

Si analizas lo anterior entenderás nuestra premisa, no ofrecer nada que antes no hayamos hecho.

Ese es nuestro compromiso con vosotros.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

la angustia positiva

La angustía positiva

Posiblemente, a mas de uno la simple referencia a la palabra angustia le haga pensar en algo negativo y que ha de ser erradicado de nuestras vidas, pues, queridos amigos, os diré que, primero,  no es tan negativa como parece, si se sabe canalizar bien, y segundo, siempre va a aparecer de una u otra forma en algún momento de nuestras vidas.

Según Kierkegar, la angustia es el precio de la libertad.  Nuestro yo interior clama por acercarnos a la esencia de lo que somos, y, lamentablemente, eso no siempre es el camino que la sociedad nos dice por donde tenemos que transitar. De igual forma, cuando nos volvemos no auténticos, cuando lo que hacemos no nos llena, inevitablemente aparece la tan descrita angustia.

El aspecto positivo de la angustia aparece como una fuerza de empuje para propiciar un cambio, y bien canalizada, ese plus de energía nos puede acercar más a nuestros objetivos.

Lo primero que debemos saber es que la angustia nos está mandando un mensaje, de tal forma que no es posible ocultarla, sino que debemos descubrirla, hablar con ella, ya que como motor, como guía, nos lleva a aquel camino deseado.

«La angustia es el precio de la libertad.»

Ante esta emoción, plánteate las siguientes preguntas:

  • ¿Que necesidad insatisfecha esconde mi angustia?
  • ¿Que potencial tengo oculto que está tratando de salir?
  • ¿Que habito u actitud me ha quedado pequeño y es algo que me genera angustia?

Somos especialistas en escaparnos de nuestra angustia, nos dedicamos mucho tiempo a todo aquello superficial y nos olvidamos de escucharnos a nosotros mismos,a nuestro yo interior, ello solo nos conduce a olvidarnos de nuestro hilo primordial, nuestra esencia.

Has de saber que, tarde o temprano, la perdida de esencia aparecerá como un suicidio emocional.

Para ello has de tener el coraje y la fortaleza de plantearte las preguntas anteriores y responderlas con sinceridad, esa será la mejor manera de transformar la angustia en un mensaje positivo para nosotros.

¿Te atreves a afrontar el reto?

Viajar ligero

viajes de aventura 1km+

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Hace ya años que mi pasión por viajar me ha llevado, cada vez que he tenido posibilidad, a recorrer algún país o región de forma casi mística.

Los primeros viajes suponían un reto personal ante el miedo a lo desconocido, y suplía esa sensación y esas carencias con objetos, en previsión de que pudiera ocurrir una situación inesperada.

Antes de emprender el viaje, se agolpaban en mi cabeza múltiples problemas que podrían ocurrir y, en consecuencia, llenaba la mochila con algún objeto que significase un «por si acaso…»

Lo que ocurría con esta forma de viajar son dos cosas:

La primera, que al autoprotegerme para que no me ocurrieran cosas malas, no permitía que ocurrieran cosas buenas; seguía metido en mi burbuja frente a cualquier imprevisto.

La segunda era que acarreaba tantos cacharros que la mochila se hacía muy incómoda de llevar, a la vez que, al considerar que llevaba tantas cosas valiosas, el miedo a perderlas o que me las robaran me impedía, en muchas ocasiones, disfrutar plenamente del viaje.

Cuando volvía de mis primeros viajes, sí, traía valiosas experiencias, pero creo que la principal ocurría cuando vaciaba la mochila y veía que la mayor parte de las cosas «por si acaso» no las había utilizado y, por contra, me habían lastrado, no solo físicamente, si no también, y lo que es peor, emocionalmente.

Fue a la vuelta de esos primeros viajes cuando comencé a pensar en la inutilidad de preocuparse por situaciones que no han ocurrido y que, a la vez, esa preocupación impide que puedan suceder otras situaciones tremendamente valiosas.

Comencé a desprenderme de esos objetos inútiles, sustituyéndolos por experiencia y habilidades personales, y, a la vez que mi mochila exterior iba disminuyendo de peso y tamaño, la mochila interior se iba enriqueciendo de relaciones, vivencias y emociones.

«Ama a la gente y usa las cosas; lo contrario, no funciona»

Tras años de practicar el viaje ligero, creo que las principales recomendaciones que haría a quien quiera comenzar a experimentar esta sensación serían:

  1. Viaja con intención de aprender y no como una forma de evadirte de los problemas. Posiblemente este aprendizaje sirva para solucionar parte de esos problemas.
  2. Ten la predisposición para acumular relaciones, experiencias y sensaciones, y olvídate de adquirir recuerdos físicos que, muy posiblemente, queden relegados a una caja de cartón.
  3. Viaja mas lento, escapa de los viajes 100% organizados. Aprende a disfrutar del aquí y el ahora.
  4. Escribe en tu viaje; lleva un diario donde puedas anotar anécdotas, situaciones, pensamientos… Ese será tu mayor regalo cuando vuelvas a tu rutina.

Esta es la  filosofía que queremos transmitir a todos aquellos que confiéis en Dreamhunter para vuestro viaje de desarrollo personal, y os aseguro que no os vais a sentir defraudados.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

El conflicto del apego

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Hoy me ha tocado vivir un conflicto con alguien cercano, por otro lado, algo habitual cuando se juntan 2 o más personas con ideas y planteamientos de vida diferentes.

Siendo de mente analítica, me he puesto a observar cual es en realidad el desencadenante del conflicto, y he llegado a la conclusión de que el apego tiene mucho que ver.

Desde el punto de vista de las emociones, el apego se entiende como la seguridad que se tiene de que la otra persona es incondicional, esta idea nos lleva a crear una representación mental de como ha de ser dicha relación. El problema ocurre cuando esa imagen mental que tenemos de como ha de ser esa relación se ve alterada debido a que la otra persona no tiene la misma representación (la personalidad de cada uno es lo que nos hace únicos).  Es en ese momento cuando sucede el conflicto, ya que, debido a que la forma de entender el apego se gesta con las vivencias en edades tempranas, cada uno va a entender que su forma de ver las cosas es la correcta y que, el que no tiene un planteamiento correcto, es la otra persona, y aquí entra en escena el ego, cuando no somos capaces de entender que hay tantas formas de pensar como personas y que si no somos capaces de ver mas allá de nuestras narices, el conflicto está servido.

«El mapa no es el territorio». La forma de entender nuestra realidad no es algo incuestionable

Y a partir de este momento, quedan dos opciones, o que el problema se enquiste y que surja conflicto cada vez que sale el tema o algo que haga referencia mínimamente a él, lo que a la larga supone el fracaso de la relación, motivado por un aumento de la frustración y la falta de comprensión. (A propósito de esto, os invito a leer el artículo llamado zona confort). La segunda opción es tratar de solucionar el conflicto, lo que a la larga supone una mejora en la calidad de la pareja y en la estabilidad emocional.

Para la segunda opción hace falta una gran dosis de paciencia y hay que partir de unos principios básicos, que paso a enumerar:

  • Afronta el problema, no hagas como que no existe. Primordial y básico en toda resolución de conflictos
  • Aprende a ser crítico contigo mismo, piensa que no tienes la verdad absoluta.
  • No permitas que el secuestro emocional domine la acción. No permitas la falta de respeto ni los malos modos.
  • Trata de crear puentes de unión, explica tus puntos de vista como algo global.
  • Sé empático con la otra parte y entiende su postura.
  • Ante todo, trata de crear una comunicación positiva.

En futuras entradas abordaremos cada uno de estos principios con una única idea, que seamos conscientes de que entrar en guerras inútiles solo nos llevan a disminuir nuestro propio desarrollo emocional y personal.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]