El conflicto del apego

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Hoy me ha tocado vivir un conflicto con alguien cercano, por otro lado, algo habitual cuando se juntan 2 o más personas con ideas y planteamientos de vida diferentes.

Siendo de mente analítica, me he puesto a observar cual es en realidad el desencadenante del conflicto, y he llegado a la conclusión de que el apego tiene mucho que ver.

Desde el punto de vista de las emociones, el apego se entiende como la seguridad que se tiene de que la otra persona es incondicional, esta idea nos lleva a crear una representación mental de como ha de ser dicha relación. El problema ocurre cuando esa imagen mental que tenemos de como ha de ser esa relación se ve alterada debido a que la otra persona no tiene la misma representación (la personalidad de cada uno es lo que nos hace únicos).  Es en ese momento cuando sucede el conflicto, ya que, debido a que la forma de entender el apego se gesta con las vivencias en edades tempranas, cada uno va a entender que su forma de ver las cosas es la correcta y que, el que no tiene un planteamiento correcto, es la otra persona, y aquí entra en escena el ego, cuando no somos capaces de entender que hay tantas formas de pensar como personas y que si no somos capaces de ver mas allá de nuestras narices, el conflicto está servido.

«El mapa no es el territorio». La forma de entender nuestra realidad no es algo incuestionable

Y a partir de este momento, quedan dos opciones, o que el problema se enquiste y que surja conflicto cada vez que sale el tema o algo que haga referencia mínimamente a él, lo que a la larga supone el fracaso de la relación, motivado por un aumento de la frustración y la falta de comprensión. (A propósito de esto, os invito a leer el artículo llamado zona confort). La segunda opción es tratar de solucionar el conflicto, lo que a la larga supone una mejora en la calidad de la pareja y en la estabilidad emocional.

Para la segunda opción hace falta una gran dosis de paciencia y hay que partir de unos principios básicos, que paso a enumerar:

  • Afronta el problema, no hagas como que no existe. Primordial y básico en toda resolución de conflictos
  • Aprende a ser crítico contigo mismo, piensa que no tienes la verdad absoluta.
  • No permitas que el secuestro emocional domine la acción. No permitas la falta de respeto ni los malos modos.
  • Trata de crear puentes de unión, explica tus puntos de vista como algo global.
  • Sé empático con la otra parte y entiende su postura.
  • Ante todo, trata de crear una comunicación positiva.

En futuras entradas abordaremos cada uno de estos principios con una única idea, que seamos conscientes de que entrar en guerras inútiles solo nos llevan a disminuir nuestro propio desarrollo emocional y personal.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]