El gran azul

Dedicado a todas aquellas mujeres, madres de niños con discapacidad. Va por ellas:

El gran azul de Belice se trata de un perfecto círculo azul intenso con bordes turquesas de 305 m de diámetro que parece trazado a compás en el mar Caribe.

Para los amantes del submarinismo, es tan atrayente como la miel para un oso, y al igual que este se enfrenta a las picaduras de las abejas para lograr tan preciado botín, el submarinista se expone a riesgos por querer bucear dentro del gran azul, entre ellos el no saber salir de él ya que a cierta profundidad desaparece la noción de por donde se ha entrado.

Podemos encontrar una similitud entre bucear el gran azul y la situación que pasan las madres de hijos con discapacidad. Al principio se arman de valor y se tiran a bucear el mundo que supone la crianza conviviendo con niños con capacidades diferentes, y a medida que se van sumergiendo llega un momento que se sienten perdidas, no encuentran la luz y se sientes solas y abandonadas.

Tan solo aquellas que han sabido parar, no desesperar, y comprender que soltando burbujas, éstas van hacia la luz, han conseguido salir.

Esta situación, que me he encontrado en muchos casos, en mis años de trabajo en el mundo de la discapacidad, siguen el mismo patrón. Sinceramente, creo que todas están pensando que es difícil salir de esa situación. Es muy fácil caer en la desidia del día a día, dejándose llevar por la desilusión y la apatía. Resignarse y decir que es lo que les ha tocado. Es en ese batallar cuando dejan de lado su propia vida, sus sueños y sus pasiones, con lo que ello conlleva.

Abandonar todo aquello que nos llena solo puede llevar a una cosa, un conflicto interior brutal, que se va incrementando con el paso del tiempo, creando frustraciones difícilmente gestionables en solitario.

La cuestión es la siguiente: ¿Sois capaces  de encontraros de nuevo sin ningún tipo de apoyo, de ayuda, de desahogo? Hay madres que saben gestionar muy bien sus emociones, que buscan momentos exclusivos para ellas separándose un rato de la obligación de su hijo. Por el contrario, otras no son capaces de hacerlo, se sienten culpables si no están todo el día pendientes de su hijo. Parece que disfrutar siendo ellas mismas fuera algo propio de una “mala madre”…

No es cuestión fácil cambiar esta situación, pero son las pequeñas acciones las que consiguen hacer cosas que ni te imaginas. Recuerda, si tú cambias, todo cambia.

Desde Dreamhunter queremos aportar nuestro granito de arena, creando el espacio de  malas madres, un  lugar de encuentro donde compartir con otras mujeres tu realidad, tus ilusiones y tus emociones. Un lugar donde ir a hacer actividades en común, donde participar de viajes y sobre todo, un lugar donde puedas ser tu misma, haciéndote volar hacia aquello que te hace sentir lo que realmente eres.

Para que empieces a pensar, te voy a regalar una frase, que aunque no es cosecha propia, si puede hacerte reflexionar:

«Puedes cambiarlo (casi) todo, la casa, la religión, la familia, los amigos, la pareja….pero, hay una cosa que no podrás cambiar nunca, aquello que te apasiona»

Si quieres recibir información del programa, escríbenos a info@dreamhunter.es